La entrada de nuestro Blog de esta semana es la primera de un colaborador invitado. Manuel Albertos es uno de nuestros fazilitadores, especializado en metodologías ágiles entre otras muchas cosas. Aquí os dejamos su artículo tan interesante como el trabajo que desarrolla. Y como siempre, dejarnos vuestros comentarios sobre el artículo. Esperamos que os guste y os sirva en vuestro trabajo:
En la actualidad, y desde hace poco más de 4 años, seguro que has escuchado a alguien hablar sobre metodologías ágiles, trabajo colaborativo, scrum, kanban, xp, lean…..
Pero, ¿qué son realmente las metodologías ágiles?, ¿dónde está su origen?, ¿en qué se fundamentan?, y quizás lo más importante, ¿qué hace que en la actualidad tengan tanto éxito?
Tanto si conoces algo de metodologías ágiles como si no has oído hablar antes de ellas, te propongo hacer un breve recorrido por estas y otras cuestiones que nos pueden surgir al escuchar hablar de estos métodos.
¿Qué es una metodología ágil?
Partiendo de esta pregunta podemos decir que una metodología ágil es un marco de trabajo, a través del cual se realizan proyectos de forma colaborativa, con una visión compartida de todas las partes implicadas.
Son impulsoras del aprendizaje colectivo, gracias a que el trabajo se va construyendo en base a las interacciones y buenas prácticas que va generando el propio proceso.
Son métodos que se centran en lo realmente necesario, logrando una adecuada gestión de recursos y eliminando gastos innecesarios. De esta forma, obtienen el mejor resultado posible de un proyecto.
Persiguen la mejora continua en todo momento, a través del análisis periódico de las buenas prácticas e interacciones del proceso.
Pero, sobre todo, son métodos centrados en las personas como principal motor para la búsqueda del éxito. Centrados en su capacidad, creatividad, experiencia, bienestar e ilusión, haciendo emerger lo mejor de cada una de ellas.
¿De dónde provienen?
Los métodos ágiles, al igual que otras metodologías y marcos de trabajo surgidos a lo largo de la historia, provienen del sector en auge en el momento de ser diseñados. Hoy día nadie puede negar que el sector en mayor expansión es el del software, y es ahí donde se inicia lo que hoy conocemos como metodologías ágiles.
Con esto lo normal es preguntarse si un método que nace en un determinado sector se puede aplicar a otros sectores sin relación alguna. Y sin embargo actualmente podemos decir que se utilizan métodos ágiles de forma exitosa en organizaciones de todo tipo.
Esto se debe a que el éxito de utilizar metodologías ágiles no depende del tipo de sector donde se apliquen, sino de las personas que componen los equipos, de la cultura de cambio, la comunicación y otra serie de principios que debe cumplir toda metodología ágil, y que analizaremos más adelante.
Por lo tanto, los métodos ágiles no son para unos sectores u otros, sino para personas y equipos que estén dispuestos a hacer las cosas de una forma distinta.
¿En qué se fundamenta?
Fue en el 2001, y a través del manifiesto ágil, donde se consolidaron las metodologías ágiles. A pesar de que se venían realizando desde hace tiempo, fue en esa fecha cuando un grupo de diecisiete personas expertas discutieron sobre los valores y principios en los que se fundamentan los métodos ágiles.
Esos valores y principios son la piedra angular de los métodos ágiles, es el marco de trabajo sobre el que actuar y son una alternativa a las metodologías tradicionales, que consideraban excesivamente pesadas y rígidas
¿Cuáles son sus principios?
A continuación vamos a ver los diferentes valores y principios, su redacción original está orientada al desarrollo de software, así que trataremos de enfocar las definiciones al ámbito general del trabajo y las relaciones de equipo.
Enfoque hacia el cliente, entendiéndolo como parte del desarrollo del proyecto, la comunicación y participación de éste de forma continuada es crucial para un buen desarrollo ágil.
Apertura a los cambios, vista como algo positivo y entendida como una adecuación a las necesidades que se van percibiendo durante un proceso de creación, otorgando un valor añadido al producto final.
Entrega temprana y continuada, no esperando que el producto esté finalizado para entregarlo y que sea valorado por el cliente, sino estableciendo entregas intermedias y de forma continua que tengan las características necesarias para que se pueda probar, valorar y ajustar si fuera necesario.
Trabajo colaborativo, con una misma visión de todas las personas implicadas, evitando el individualismo y asignando tareas al grupo y no a la persona. Con una comunicación continuada y ajustada a las necesidades del equipo.
Confianza en las personas del equipo, empoderando y acompañando a las personas para que saquen lo mejor de sí, y dejando hacer según el criterio de cada profesional. La confianza es primordial para que el trabajo colaborativo funcione.
Comunicación directa y continuada, a través de reuniones periódicas, acotadas en el tiempo y bien estructuradas para fomentar la eficiencia. Usando un mismo espacio de trabajo y utilizando herramientas visuales de comunicación y organización.
Progreso marcado por prototipos funcionando, el progreso de trabajo estará marcado por entregables que se puede utilizar y probar, no como un producto final. El énfasis recaerá sobre los plazos necesarios para la construcción de prototipos.
Desarrollo sostenido, trabajando de forma continuada en el proyecto, sin adelantar o retrasar el ritmo natural y necesario de trabajo. Siendo constante de forma indefinida hasta la finalización del proceso.
Búsqueda de la excelencia, a través de las experiencias del propio equipo y un aprendizaje colectivo. Se irán identificando las mejores interacciones y buenas prácticas que va generando el propio proceso.
Simplicidad, maximizando la cantidad de trabajo no provechoso, sin dejar de aportar valor al producto final pero sobreponiendo lo útil y simple a lo complejo e innecesario.
Auto-organización, los mejores resultados surgen de equipos auto-organizados donde las personas son conocedoras de lo que necesita el proyecto y el equipo. Este enfoque fomenta la corresponsabilidad e implicación.
Mejora Continua, como filosofía de trabajo y aplicando sus cuatro fases de forma transversal (planificación, ejecución, evaluación y mejora) al desarrollo del proyecto en todo momento.
¿Por qué tienen tanto éxito en la actualidad?
Estamos viviendo un momento cambiante y complejo, donde una buena dosis de sencillez, acompañada de un enfoque de trabajo dinámico y adaptado a lo realmente necesario, son imprescindibles para garantizar el éxito de nuestras ideas. Me atrevería a decir que los valores y principios de las metodologías ágiles son la clave para construir exitosamente ese enfoque.
Esta es una opinión basada en mi experiencia, ahora os animo a que reflexionéis y nos contéis qué opináis sobre los métodos ágiles.
Manuel Albertos
Facilitador para la Mejora y el Desarrollo
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